Como en toda la obra de Kundera, narrativa y filosofía se funden en La fiesta de la insignificancia, donde cada pequeño acontecimiento, cada nimio gesto inspira una reflexión siempre lejos del lugar común. En el caso de Alain, la moda del ombligo le incita a reflexionar sobre las distintas fuentes de seducción femenina y cómo estas definen la orientación erótica de una época.
SINOPSIS
Proyectar una luz sobre los problemas más serios y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y a la vez evitar todo realismo, así es La fiesta de la insignificancia. Quien conozca los libros anteriores de Kundera sabe que no son en absoluto inesperadas en él las ganas de incorporar en una novela algo «no serio». En La inmortalidad, Goethe y Hemingway pasean juntos durante muchos capítulos, charlan y se lo pasan bien. Y en La lentitud, Vera, la esposa del autor, dice a su marido: «Tú me has dicho muchas veces que un día escribirías una novela en la que no habría ninguna palabra seria… Te lo advierto: ve con cuidado: tus enemigos acechan». Pero, en lugar de ir con cuidado, Kundera realiza por fin plenamente en esta novela su viejo sueño estético, que así puede verse como un sorprendente resumen de toda su obra. Menudo resumen. Menudo epílogo. Menuda risa inspirada en nuestra época, que es cómica porque ha perdido todo su sentido del humor. ¿Qué puede aún decirse?
El autor
Milan Kundera nació en Brno (República Checa) en 1929. En su lengua materna escribió, en estricto orden cronológico, el volumen de cuentos El libro de los amores ridículos y las novelas La broma, La vida está en otra parte, La despedida, El libro de la risa y el olvido, La insoportable levedad del ser y La inmortalidad. Ya en francés, las novelas La lentitud, La identidad y La ignorancia; la obra de teatro en tres actos Jacques y su amo. Homenaje a Denis Diderot; y cuatro ensayos: El arte de la novela, Los testamentos traicionados, El telón y Un encuentro.
Proyectar una luz sobre los problemas más serios y a la vez no pronunciar una sola frase seria, estar fascinado por la realidad del mundo contemporáneo y a la vez evitar todo realismo, así es La fiesta de la insignificancia. Quien conozca los libros anteriores de Kundera sabe que no son en absoluto inesperadas en él las ganas de incorporar en una novela algo «no serio». En La inmortalidad, Goethe y Hemingway pasean juntos durante muchos capítulos, charlan y se lo pasan bien. Y en La lentitud, Vera, la esposa del autor, dice a su marido: «Tú me has dicho muchas veces que un día escribirías una novela en la que no habría ninguna palabra seria… Te lo advierto: ve con cuidado: tus enemigos acechan». Pero, en lugar de ir con cuidado, Kundera realiza por fin plenamente en esta novela su viejo sueño estético, que así puede verse como un sorprendente resumen de toda su obra. Menudo resumen. Menudo epílogo. Menuda risa inspirada en nuestra época, que es cómica porque ha perdido todo su sentido del humor. ¿Qué puede aún decirse?
Milan Kundera nació en Brno (República Checa) en 1929. En su lengua materna escribió, en estricto orden cronológico, el volumen de cuentos El libro de los amores ridículos y las novelas La broma, La vida está en otra parte, La despedida, El libro de la risa y el olvido, La insoportable levedad del ser y La inmortalidad. Ya en francés, las novelas La lentitud, La identidad y La ignorancia; la obra de teatro en tres actos Jacques y su amo. Homenaje a Denis Diderot; y cuatro ensayos: El arte de la novela, Los testamentos traicionados, El telón y Un encuentro.
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