sábado, 5 de abril de 2014

ALTERADORES DE LIBROS

                        ​                        
Alteradores de libros

Me asombra la proliferación en nuestros días de artistas plásticos interesados en el libro como medio de expresión. En varias ocasiones hemos hecho referencias en el blog “Desayuno con libros” a los denominados “libros de artista”, resaltando nombres de creadores contemporáneos como los de  Sue Blackell, Mike Stille, Ekaterina Panikanova  o Noriko Ambe, entre otros. Y es que es una realidad palpable que el arte hecho a partir de libros alterados, transformados, tallados o esculpidos está en boga.
Actualmente, las viejas enciclopedias, los comics baratos, las obsoletas guías telefónicas y los tradicionales cuentos de hadas son manipulados por muchos artistas coetáneos, en un acto  de reciclaje muy poco desinteresado pero eficaz, para conseguir a través de su intervención un nuevo objeto de diseño, una escultura, un lienzo sobre el que pintar o una polémica instalación.



 “Algunos artistas quieren hacer un comentarios sobre el roll de la lectura en la cultura contemporánea, mientras que otros consideran que los libros son obras de arte que están a mano. Ven a los libros como el trasfondo que da lugar a su creatividad”. (Alyson Kuhn).

Pero existen “alteradores de libros” que prefieren que su creación artística forme parte  del propio libro sin necesidad de que su funcionalidad sea otra que la de ser leído u hojeado,  y para ello se valen de las ilustraciones que en muchas ocasiones acompañan al texto o a la inversa, ilustraciones que se enriquecen con pequeñas referencias textuales.


Por ello, quiero destacar dentro de este segundo grupo de creadores, la figura del genial ilustrador estonio Eiko Ojala. Observar sus ilustraciones, que realmente son dibujos muy simples y realizados a mano inicialmente, nos proporciona el placer de disfrutar del arte de las formas elementales y la simpleza de su trazo.



Su técnica, mezcla de collage con gran dominio de las tijeras sobre colores planos, nos remite a su conocimiento profundo del denominado Kiri-é, es decir, la técnica japonesa que tiene su origen en las plantillas de papel utilizadas ancestralmente para realizar los estampados de los kimonos japoneses -que hoy en día continúan siendo verdaderas obras de arte - y que consiste  en cortar una sola hoja de papel, generalmente negro, para crear una composición y colocarla después sobre un papel de otro color consiguiendo así apreciar los diferentes motivos de dicha composición.


 Eiko Ojala consigue transmitirnos una increíble sensación de volumen y profundidad a través de sus figuras, retratos, y paisajes -que parecen cortados a mano - y también mediante las sombras dibujadas, aunque en otras ocasiones incorpore en sus ilustraciones sombras fotografiadas.
Disfrutemos pues, de su magnífico trabajo lleno de simplicidad, detallismo y delicadeza. Espero que os guste tanto como a mí.

                
  Luz Rascado del Prado


No hay comentarios:

Publicar un comentario