¡LIBRE ALBEDRÍO!

¡Libro albedrío!

“Es obvio que no puede ser libre una persona que no sabe por qué actúa… pero ¿qué diremos de los actos cuya motivación conoce?”. Rudolf Steiner.

La necesidad de escapar es intrínseca al ser humano. Todos hemos sentimos esa sensación de ahogo puramente inconformista en momentos puntuales o en periodos no tan breves de nuestra vida. En ocasiones, deseamosalejarnos de esta agobiante sociedad en la que vivimos, de las normas impuestas, de las circunstancias que por imposición nos rodean o de aquellas que paradójicamentehemos elegido y también del estrés diario al que nos vemos sometidos tanto en nuestra vida personal como profesional. Otras veces, la realidad es mucho más cruel,pretendemos huir de nosotros mismos para dejar atrás esa visión pesimista que supone el continuo inconformismo:“no poder con uno mismo”.

El Grito. Edward Munch.1893

“Yo decido porque soy libre”, ¡tremenda afirmación!

Somos como pájaros enjaulados rodeados de rejas invisibles a nuestros ojos, aunque éstas, a veces sean de oro y otras veces de hierro oxidado. No, no somos libres. La libertad es un concepto ciertamente utópico en el que creemos para no dejar de ser felices. En pos de la felicidad algunos alzan el vuelo en busca de lugares exóticos (como lo hicieron a finales del siglo XIX y principios del XXartistas postimpresionistas de la talla de Paul Gauguin), yotros huyen a través de los increíbles viajes literarios queproporcionan los libros.

Sea como fuere, la libertad es sin duda, uno de los conceptos más atractivos para el ser humano. De hecho, el poder de elección, la toma de nuestras propias decisiones yel libre albedrío han sido objeto de grandes reflexiones filosóficas en las vidas y los libros de Spinoza, Schopenhauer, Marx o Nietzsche, y muchos artistas visuales han encontrado y continúan encuentran su propia originalidad motivados por esa eterna búsqueda de la libertad.

Es precisamente en este ámbito de acción, lindando con los territorios del libro-objeto y el “libro de artista”, donde se enmarca la producción y el trabajo de dos artistas visuales referenciales como Vita Wells y Georgia Russell.

"Vuelos de la mente". Instalación Vita Wells. 2013

Biblioteca Pública de Berkeley. California

http://www.vitawells.net/flightsBPLvideo.html

Esta “creadora de objetos” nacida en Texas, es ante todo, como ella misma se define “una apasionada de la lectura”. En esta pieza creada para la Biblioteca Pública de Berkeley y que abarca tres niveles de su atrio principal, hace que más de doscientos libros alterados, de diferentes colores, tamaños y temas, se presenten suspendidos en el aire como si de una espectacular formación de aves se tratase. Una bandada de pájaros  con la que reflexiona acerca de los libros como objetos físicos diferentes a los demás objetos que nos rodean diariamente, porque “su mera presencia física lleva implícita una promesa, una posibilidad de escape” en palabras de la propia artista, que además considera las bibliotecas como espacios o lugares de enriquecimiento tanto individual como comunitario.

La metáfora del libro-pájaro, también es una constante en muchas de las creaciones de la artista Georgia Russell. Esta joven escocesa nacida en 1974, ha conseguido que sus extravagantes esculturas de papel formen parte de importantes colecciones de arte públicas e como son las del  Pompidou de París y el Museo Victoria and Albert de Londres.

Georgina Russell."Psychologie".2009 

  Georgina Russell."L'amour fou(André Breton)

Russell transforma los libros enteros, su cubierta y sus páginas, en una obra de arte. No desecha nada cuando incide sobre un volumen con el bisturí a modo de pincel, y consigue como resultado final una imagen casi onírica que semeja una “rara avis” de singular belleza, que en algunos casos nos transportan al mundo mágico de las hadas. Juega además con el texto en los títulos, realizando en ocasiones juegos de palabras y creando asociaciones con la imagen. Pero lo que realmente quiere destacar, es que su arte en algún momento fue leído o visto de una forma totalmente diferente. Aunque, al igual que los hombres, sus obras permanecen inamovibles, atrapadas dentro de una difusa y transparente jaula de cristal.                                               

                                                           

Luz Mª Rascado del Prado