domingo, 11 de mayo de 2014

ENTRE LA LITERATURA Y LA PINTURA

Entre la literatura y la pintura (I): Ofelia
Luz Rascado del Prado
A lo largo de la historia, la literatura ha sido capaz de crear asombrosos personajes ficticios llenos de gran intensidad psicológica. Dichos personajes se han revelado como claros ejemplos de los valores humanos más complejos y se han debatido entre sus ensoñaciones y la pura realidad y el ser y el deber.
En multitud de ocasiones, los personajes de grandes obras literarias han sobrepasado los límites del texto para convertirse en verdaderos mitos sociales proclives al estudio de diferentes generaciones. Sus características físicas y psicológicas han sido extraordinariamente captadas en multitud de obras de arte. Cuadros y pinturas que han sabido transformar las palabras y los textos, a veces de forma fidedigna y en otras con una carga más subjetiva, en las imágenes gráficas que hoy en día aparecen en nuestras mentes cuando escuchamos pronunciar sus nombres.
Ofelia, la joven noble danesa que tan lucidamente fue capaz de describirnos Shakespeare, el gran dramaturgo inglés, en Hamlet, es uno de los personajes que ejemplifican este proceso.

 Ofelia. Óleo sobre lienzo. 1852. Jonh Everet Millais.
Tate Gallery, Londres
                                                                                               
                                                             
En 1851, el también británico Sir John Everett Millais, reproduce en este óleo el acto IV de conocida obra teatral.
Observamos a una joven dulce y amable que se debate entre el amor que siente por el príncipe de Dinamarca y el que profesa a su propia familia. La elección entre lo que es y lo que debe ser termina trágicamente cuando Ofelia, tras romperse la rama del sauce en el que se ha encaramado, cae al río y se ahoga. Ofelia pierde el control de su mente después de que su padre haya sido asesinado,su propia locura le impide percatarse de que se está hundiendo.  Ajena al peligro, continua cantando y conservando en su mano las flores recogidasmuriendo ahogada y como no, asfixiada en su propia angustia.Llama nuestra atención la postura de su cabeza y su mirada ya que se asemejan a las utilizadas en la historia del arte para representar a mártires y santos.
El óleo también nos muestra un detallado realismo en su ejecución valiéndose del paisaje y las flores y, nos proporciona información sobre la cantidad de tiempo que Millais invirtió en buscar la ubicación exacta de este idílico paisaje inglés (Las orillas del río Hogsmill, en Surrey) y los 5 meses que tardó en pintar la bella escena.
A modo de anécdota, destacar que la retratada en el óleo, no es otra que la musa del artista, Elisabeth Siddal que con19 años acusó un severo resfriado tras permanecer en una bañera durante horas.
La obra de Millais se enmarca en la denominada Hermandad prerrafaelista, fundada en 1848 por el propio artista. Los prerrafaelistas, como su nombre indica, se inspiraron en el arte del maestro renacentista, evocando su estilo pictórico y reivindicando la vuelta del Quattrocento y los primitivos flamencos. También les iluminaron ilustraciones de libros, pinturas románticas y visionarias, como las de Füssli y Blake y sin duda otras historias llenas de dramatismo como en el caso de la que hoy ocupa.
Disfrutemos de la representación del amor descarnado que no puede triunfar y del sufrimiento y drama que genera en los seres literarios que lo padecen, constante motivo de representación en la historia del arte y como no, en la historia de la humanidad.


Ofelia 1883.Alexandre Cabanel


Ofelia 1894. John William Waterhouse




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